Cada 19 de agosto, en todo el mundo se celebra el Día Escolar por la Paz y la No Violencia, una fecha emblemática que nos invita a reflexionar sobre la importancia de promover la armonía, el respeto y la no violencia en todos los ámbitos de nuestra vida.
Esta celebración se enmarca en un contexto más amplio de valores humanos, solidaridad y cooperación. Justo un día antes, el 18 de agosto, se conmemora el Día de la Solidaridad, una fecha que nos invita a unir fuerzas para apoyar a quienes más lo necesitan, a mostrar generosidad y a trabajar juntos hacia un objetivo común: construir un mundo más justo y equitativo.
Estas fechas son una oportunidad para pensar sobre la convivencia que nace en las familias y se refleja en el modo de relación de la sociedad en general. Lo que pasa en las comunidades educativas es reflejo de estas interacciones y dado que nos involucra a todos, debemos dialogar en conjunto cómo construir una cultura de paz que impulse la convivencia pacífica, la resolución dialogada de conflictos y el rechazo a cualquier forma de violencia.
Puntos de vista
En los últimos años, la seguridad al interior de los establecimientos en Chile ha sido un tema ampliamente discutido.
Por una parte, la última encuesta CEP 91 Junio – Julio 2024 arrojó que la mayor preocupación de los chilenos respecto a la realidad escolar, es el manejo de la violencia al interior de los centros educativos.
En contraposición, la Agencia de Calidad de la Educación reporta que el 78,3 % de los encuestados en SIMCE 2023 considera que su escuela es un ambiente seguro, aunque se evidenciaron diferencias de percepción entre niveles socioeconómicos y de género.
Parecen ser dos realidades opuestas, pero podría indicar y evidenciar el complemento y vínculo que existe entre lo que ocurre en el colegio y lo que pasa fuera de él.
Estudios sobre las complejidades asociadas al tiempo de pandemia muestran que la violencia no es un fenómeno propio o exclusivo de los colegios. Las tensiones fruto del encierro generaron un deterioro en el bienestar socioemocional de los niños y adolescentes en Chile, impactando negativamente en su convivencia escolar y desempeño académico.
La convivencia sana es responsabilidad de todos
Respecto a este tema, el Ministerio de Educación ha proyectado la Política Nacional de Convivencia Educativa (PNCE) 2024 – 2030. Este plan de acción a mediano plazo contempla distintos ámbitos formativos y de acción, enfocados en la convivencia como un ámbito que se aprende desde la primera infancia y en todas las etapas de la vida. Al alero de este, se entregan guías de orientación para comprender el fenómeno, fomentar la prevención y sugerir herramientas de análisis y reflexión.
Este marco cambia el centro de atención desde la violencia como problemática hacia la convivencia sana como un elemento permanente y transversal de la cultura escolar.
No obstante, promover este tipo de convivencia es una responsabilidad y desafío para todos, pues requiere la revisión y transformación de los modos en que se convive cotidianamente;
¿Cómo nos relacionamos al interior de nuestras familias?
¿Son nuestros hogares espacios de seguridad y protección?
¿Cómo nos relacionamos con las personas de nuestro entorno?
¿Tenemos la costumbre de ser modelos de buen trato?
Quien reflexione sobre estas preguntas es partícipe de que el buen trato es un tema que nos convoca, dado que es sabido que a convivir se aprende y día a día se pueden implementar estrategias para ser agentes de unión y cambio.
La relación que mantenemos al interior de las familias, nuestro barrio y entorno, es reflejo de cómo podemos influir en las comunidades escolares y en la sociedad en general.
La educación en valores de paz y no violencia contribuye no solo al bienestar individual de las personas, sino también al fortalecimiento del tejido social en su conjunto. Al promover la resolución pacífica de conflictos, el diálogo intercultural y la inclusión de la diversidad, se sientan las bases para una convivencia armoniosa y para la construcción de una sociedad más solidaria y colaborativa.
La solidaridad y la paz van de la mano y juntas constituyen pilares fundamentales para el desarrollo humano y la construcción de sociedades más inclusivas y pacíficas.
¡Celebremos juntos estos días especiales y trabajemos unidos por un futuro mejor para todos!
Excelente artículo! Gracias por compartirlo.